Saturday, May 20, 2006

¿Breve pesadilla?




Centro de la Ciudad de México, 14 de Abril de 2006; 8:08pm.

Cerrada de Mesones en el Centro de la Ciudad de México, 14 de Abril de 2006; Viernes Santo; 8:08pm.

Cerrada de Mesones en el Centro de la Ciudad de México. El Centro y sus alrededores: vacíos. Viernes Santo. 14 de Abril de 2006; 8:05pm. 8:08pm. Se escuchan unos tambores y comienza la gente a pasar.
México, D.F., Centro de la Ciudad, 14 de Abril de 2006. Viernes Santo. Una procesión; un ataúd de cristal. El centro vacío. Cortázar. "Conducta en los velorios". Once de Babasónicos(Infame, 2004):
Suele despertar desnudo
en una calle y finge
naturalidad cuando la chica yanki encara hacia él
entran a un lugar mersa medieval
oyen un suspiro y pisan a un mendigo
y eso se transformaen la manguera de un narguile disimula el desconcierto cuando sus padres lo encuentran negociando kif por armas en plaza miserere van a un funeral por el chaparral besan a la viudaque se desfigura y esa mueca se transforma en su pariente
trae a casa mi rock'n'roll.
Una tribu de ortodoxos del mesianismo lo embosca rumbo a la medina en trance van salmodiando su nombre
trae a casa mi rock'n'roll.
Chicos y chicas bailan
chicos y chicas bailan en el funeral del rock.
Centro de la Ciudad de México, 14 de Abril, Viernes Santo. 8:15 pm. Vacío. Silencio.

Thursday, May 04, 2006

Hay que Cantar

Tal vez me puedan tildar de cursi, en el mejor de los casos; la mente se me llena de miles de adjetivos cuando pienso hacer público este imperativo. Sin embargo, creo que es verdad. Hoy mismo, después de un día como éste, la moraleja es: hay que cantar. Hay que cantar el mariachi cuando uno sale a recibirlo, afuera de la casa, saliendo de la preparatoria o saliendo de la universidad; en una serenata o en un día común y corriente. Hoy recordé qué tan alto he cantado, cuán desentonada soy o cómo es posible que los vecinos me aguanten cuando hago todos mis esfuerzos por emular a mis artistas favoritos en el propio ser. Tal vez si pudiera tocar algún instrumento de nuevo, lo haría. Tal vez no. Cantar es algo fantástico y recuerdo cuántas veces he entonado con todas mis fuerzas, orgullo y corazón canciones como “el baile y el salón”, como “los calientes”, como “yellow lead better”, “hysteria”, “wish”, “given to fly”, “piece of my heart” o, tan sólo “black eyed”. “High and dry” o “street spirit” son distintas. “Crazy” tiene su llugar aparte. ¡“Dios bendiga a los gusanos” es la vida misma! No necesito hacer la lista. Es demasiado larga y seguro tomaría muchos días reconstruirla. Todos lo saben y algunos músicos me han hecho el favor de hacerme segunda mientras mis alaridos salen de este pequeño ser caótico que se expresa en todo su esplendor, y con toda la pasión que puedo soportar. Lo sé, a veces salen unos cuantos balbuceos que, aquí entre nos, no siempre concuerdan con la letra original (todos sabemos que es mundialmente conocido el “wash and wear”). Pero eso no importa. De hecho, nada importa cuando cantas. Es algo hermoso y no importa dónde lo hagas. Es subirse al metro, es dar un beso, hacer el amor y vivir solamente en un tiempo; un tiempo colorido y distinto; único, sincero y honesto. No hablemos del autor, no hablemos del intérprete, seamos nuestros propios intérpretes y creadores. ¡A cantar siempre!, y digo siempre, pues esto nos salvará la vida.