Sunday, December 25, 2005

La despedida

Para que cantemos, para que sientas que siempre me tienes aquí. Sabes que puedes regresar cuando gustes. Estás en casa; mi casa, tu casa.

Te regalo mi sol, mi luz, mi playa.
Te comparto mi dicha y mi pesar.
Te doy las llaves de mi casa y mi confianza.
Te cocino y te llevo a pasear.

Te regalo la sal de mis historias.
Te comparto mi fuerza y mi debilidad.
Te muestro el cielo, al que también llamamos gloria.
Te regalo mi voz, mi libertad.

Solamente hay algo que, yo, me quedaría:
Es la imagen de un santo que me cuida, noche y día.


Te regalo mis fotos preferidas
Te comparto mi humana condición.
Te llevo más allá del límite y medida.
Me convierto en tu amiga, la mejor.

Solamente hay algo que, yo, me quedaría:
Es la imagen de un santo que me cuida, noche y día.

Pero en mi playa estará el sonido del mar para ti.

Ely Guerra (La playa).

Tuesday, December 20, 2005

Quejas sobre mi última agenda y sus pendientes

Pendiente #1: Tener un novio que sea serio y trabajador.

Cuando lo vi alejarse de mi puerta, caía la tarde y sólo me imaginaba lo que esto significaría. ¡Carajo! Tengo una pareja que cubre una de las actividades de la agenda: un buen muchacho que sea mi novio. Una de esas personas que llenan el espacio vacío dejado por el amante anterior y que es difícil de satisfacer. Nuevo amante, como una hoja en blanco, dispuesta a ser llenada por las letras. Sin embargo, letras minúsculas y sin acentos que no alcanzan, hasta ahora, a llenar una sola oración. Estoy encerrada en casa imaginando únicamente lo que estará diciendo de mí.

Pendiente #2: Sexo responsable.
¡Que mentira tan grande! No hay nada más que una bella moneda que abarca pequeños espacios de tambores predecibles mezclados con los gritos de una mujer jugando a ser una bruja. Sin escoba, sin látigo, ¡Esto es lo menos apasionante!
¿Qué es lo que uno hace para dejar atrás el hastío cuando la agenda ha descansado al poner esa sincera, pero no tan espontánea, palomita? ¿Sexo? ¡Nada! el sexo sin pasión no es sexo. No es nada.

Pendiente #3: Abandonar al viejo sentimiento de ansiedad de separación.

El otro día platicábamos y cantamos juntos. Tuvimos un momento hermoso y, de pronto, me encuentro, varios días después, esa extraña y asintótica figura en mi vida. Caricias y mimos que se pierden en la playa al atardecer.

Pendiente #4: Olvidar que soy obsesiva.

Es impresionante la constancia con la que, en cada minuto, me convenzo de que debo olvidar que soy obsesiva.

Pendiente #5: Hacer ejercicio.

El sexo hubiera ayudado, nuevamente tenemos el pendiente #2; sin embargo, el trabajo y las diversas casillas a ser palomeadas no me permiten llenar ésta.

Pendiente #6: Dejar de fumar.

Si hubiera palomeado el pendiente #5, tal vez ya hubiera dejado de fumar. Sin embargo, ello me provoca ansiedad y no puedo dejar de prender cigarrillos.

Pendiente #7: Dejar el insomnio.

El insomnio no se deja ni se supera. Ya lo dijo C. Uno vive con él.

Pendiente #8: Ir con el médico.
¿Un loquero también es médico?

Pendiente #9: Dejar los pendientes, las casillas, las agendas y las palomillas atrás.

Planeando

Hoy se suponía que despegabas. Te ibas a ir al lugar de las ballenas. Donde las aguas están más cerca de ti. Sólo unos días atrás, me imaginaba que pronto te irías y que tu sonrisa frente de mi desaparecería, tan pronto como esa noche te dijera adiós. Hoy mismo, abandonas la rutina, la vida cotidiana y tu lugar. Ya lo sabía y ya me lo habías dicho, recuerdo muy bien tus palabras. También recuerdo muy bien que “tengo tu cama”. Sí, sabes que tú tienes la mía. Y no sólo ella, también los besos, la música, las sonrisas, las lágrimas y los excesos que tuvimos que soportar el uno del otro. Sé que yo podría tener mucho más de vos.
Me canso de tantos momentos frustrados que tuvimos, tenemos y que nos pasan de largo. Entran y salen nuestras personas de la vida… y tan sólo, nosotros, no podemos quedarnos. Ya te extraño, llevo meses extrañándote. Ya no hablamos, ya no somos tú y yo con el mundo detrás de nosotros. Te he visto mucho, te veo y me desconciertas. Siento que tienes algo de ángel en blanco papel. Sólo planeaba, te buscaba y sólo me imaginaba cómo sería todo. ¡Un niño! Eres un niño. Tal vez seas un fonchito, tal vez un hermoso querubín. Y sin embargo, sigo planeando.
Ya te vi por última vez. Nos besamos, platicamos y sonreímos. Pero hoy, sigo planeando. No te vas de mi cabeza y tampoco de mi corazón. Mientras tiendo la cama y sonrío al ver el boleto de ese lugar donde te encontré hace algún tiempo, el radio anuncia que los aviones del aeropuerto no han podido salir el día de hoy a causa de la neblina. Sigo planeando y pensando en ti. Buen viaje, corazón.

Friday, October 28, 2005

Lo cotidiano se vuelve plástico



Una vez viví como un personaje de una novela. Viví con un hombre que, ante su incapacidad, decía fingir ante sí mismo amor por mí. Me di cuenta de ello mientras vivía con él; mientras crecía con él. Me enamoré de él y de nuestra vida. Mi madre la viajera me enseñó de los paréntesis y las incógnitas. Mi padre que pinta me enseñó a crear. Vivo entre niños y jugamos de noche. Nos convertimos en otros y hacemos un cambio de papeles; nadie mejor que nosotros para saber que somos hermanos. Vivo con una mujer bruja que se anticipa al futuro y logra que me prevenga. Vivo con otro que es el hombre en la luna; que en verdad habita ahí y me hace creer en lo imposible. Vivo con uno más; el que hace que crea también en lo posible y lo cotidiano, como si fuera algo imposible.
La verdad de la novela: la vida es una historia a la mitad que, la parte que me da, deja que la escriba como yo quiera: almas gemelas, ángeles que van y vienen, pasiones, colores, sensaciones, olores, canciones, vidas en paralelo; amores, vuelo; amanecer, lunas, luces, lágrimas, playas y demonios; literatos, músicos, actores, brujos y brujas. Así la vida vista desde hoy.

PLASTICO

“Ebria de tantas maravillas, florece fuera de estación”.

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Fascinación por lo plástico.

Me gustan las burbujas, me gusta su ligereza, lo hermosas que se ven al elevarse al cielo en un día nublado y estallar a mitad de la calle. Fumar y fumar; sentir con el interior de mi cuerpo algo que con las manos no puede tocarse. Lo que se ve y no se toca, lo que a penas se percibe. Es sugerente. Me gusta el café, me gusta su sabor amargo y el calor que ofrece a los labios y a la garganta en una mañana después de no haber dormido.
Esa lucidez y claridad con que todo se ve cuando no se duerme, cuando se tiene insomnio. Me gusta la ternura cuando hace frío. Las Lolitas, el mal gusto. Me gusta el blanco tan blanco que cuando se posa en la piel, la vuelve de papel; vuelve a los hombres ángeles y cuando ellos te tocan, da frío. Me gustan los labios rojos sobre este blanco papel, como una manchita de sangre, hinchados, que te incitan. Me gustan las manos largas, las manos frías; ésas que espantan cuando acarician. Los perfumes, los gatos; me gusta que sean violentos y, a la vez, muy finos. Me gusta la calidez que desprende un guiño, una mirada y una risa estridente. Música e historias, letras y cigarrillos. Todo esto me fascina y mucho más.

Monday, September 05, 2005

Madera o carne: ¿Qué más da?

Pedazo de madera abandonado, sin hilos, sin mano que le mueva: -Mi cuerpo se ha vuelto encorvado por tratar de luchar contra el viento del olvido. La lección ha sido aprendida y querer llenar de placer el vacío vuelve al placer vano. Detesto tener este espacio entre el aire y yo; detesto admitirlo pero me haces mucha falta. El vértigo me hace hueco y mi cuerpo se dobla cuando no estás. ¿Por qué no me dijeron que querer llenar de placer el vacío también vuelve al vacío vano? Y sé que no estás, y por eso escribo y por eso me armo de valor para poder sacarlo, ni siquiera es todo, ni siquiera es algo; sé que esto es torpe poesía, así me hiciste. Ya nos hemos vuelto pesados, ahora mis manos son de otro color. Después de ese día que caí, todavía deambulas por las lágrimas que hincharon mi cuerpo y por corajes que rodearon las últimas horas de la noche hasta podrirme por completo-

Tuesday, July 05, 2005

Erudición o amplia cultura (i.e. estupidez).

  1. Animo por aprender cosas que a uno le interesan. Existe un cierto desenfreno para utilizar todo el tiempo posible en acercarse a los bien llamados “temas de interés”. Horas, horas y horas de sueño invertidas en aprender cómo pintar, cómo ejecutar alguna linda pieza en ese instrumento que vemos con tanto aprecio, leer poesía, filosofía, estar al tanto de la política, construir o cocinar algo.

  2. Animo sostenido por seguir aprendiendo y afán por denominar a esta actividad, nuestro pasatiempo. El desenfreno no desaparece; por el contrario, pareciera que se hiciera más grande mientras el sujeto y el objeto del denominado pasatiempo estuvieran en contacto.

  3. Animo que obstruye con las actividades diarias. Primer ejemplo: X dirige el ritmo de vida del sujeto aficionado. Uno cocina, estudia y reelabora su horario de actividades diarias para poder tener suficientes horas para: leer, estudiar alemán, escuchar esa pieza clásica, terminar ese cuadro, ver esa película, etc.

  4. Animo que interfiere con la vida social del sujeto aficionado. Como consecuencia del punto anterior, el tiempo con personas que no comparten el mismo noble interés, se vuelve superfluo, fútil y sin sentido. Se ansía un poco de tranquilidad y silencio para poder dedicarse por completo a aquello que sigue siendo, el pasatiempo del sujeto.
    Segundo tipo de interferencia con la vida social del sujeto aficionado. El ánimo únicamente hace posible que este sujeto tenga temas de conversación que están dirigidos a su pasatiempo o relacionados con éste.

  5. Animo que provoca disturbios con la autoridad. Como el ánimo no desaparece, si no que se sigue haciendo más grande, existen determinadas regulaciones (de tipo familiar, escolar, legal o político) que deberán ser eludidas para poder continuar con el pasatiempo. En algunos casos extremos, dicho pasatiempo cambia de nombre y el sujeto, ahora, atiende a llamarlo su pasión.

  6. Animo de continuar con la pasión del sujeto por el resto de su vida. Esta es una combinación y consecuencia directa de 5 y 6. Al mencionar el término “resto de su vida”, significa un periodo no menor de cuatro años, donde el sujeto únicamente se dedicará a su pasión e intentará volverla su oficio o profesión. Ello, por supuesto, genera conflictos de tipo social y con la autoridad (se ha observado que en la mayoría de los casos, con los padres este conflicto se desarrolla plenamente).

  7. Animo desenfrenado por aprender cosas que no son del interés del sujeto. Dicho sujeto, como ha decidido hacer de su pasión un oficio, habrá de someterse voluntariamente a aprender cosas que no son de su genuino interés: lingüística en el caso de la poesía; química en caso de la cocina; econometría en caso de la política, etc. Los ejemplos son infinitos.

  8. El sujeto cuya pasión ha llegado a límites insospechados, comienza a padecer, súbitamente insomnio. No se confunda con el ánimo del tipo 2. Este tipo de insomnio no es provocado, sólo se da.

  9. Aunado a este proceso de insomnio, se desencadenan procesos de depresión que pueden variar en sus grados y matices: de leve a grave. Todo depende de su pasión.

  10. Aparición de lucidez, por parte del sujeto apasionado, gracias a la cual el sujeto puede relacionar el ánimo de aprender lo que le gusta con el ánimo por el que se obligaba a aprender lo que no le gustaba. Algunos expertos mencionan que dicha lucidez se puede generar fisiológicamente y se pierde con la edad; otros, suelen asegurar que aparece con el primer deseo de apasionarse por algún objeto. Otros más, afirman que se trata únicamente de una culpa (impuesta por el ello) sublimada por el yo, en vistas a que el deseo no colapse. (¿Qué más da?)

  11. Animo por recuperar el tiempo invertido en dicha pasión, acompañado de somnolencia evidente. El tiempo y las horas de sueño, ahora, se invierten en diversas actividades que logren separar al sujeto apasionado de su pasión.

  12. Aparición de cinismo y escepticismo ante la denominada pasión. Pareciera que el estatuto del deseo, así como su intensidad parecieran disminuir. Sin embargo, muchos terapeutas mencionan que aquí es donde ésta es más fuerte y su desarrollo es imperceptible para el sujeto. Es como si se encontrara en un estado de latencia cuyo resurgimiento resultará en un clamor insospechado.
    Giovanni Papini, en su estudio sobre los megalómanos y sus casos extremos, menciona lo siguiente: “Donde Dios está más presente es precisamente allí donde está su enemigo, y por el contrario, donde el enemigo está ausente, nosotros desesperamos con frecuencia de hallar a Dios”. Esta, según Papini, es la dinámica que se desarrolla entre el sujeto y su pasión; en la que Dios, será el sujeto aficionado y, el diablo, la hará de su pasión. Ciertamente, existen tres términos, el tercero es de nuevo la lucidez cuya aparición se efectuará, ahora, de un modo intermitente.


Como resultado de la etapa anterior, el sujeto estúpido se distingue por su fenotipo característico: personalidad adictiva (café, cigarrillo, alcohol, drogas, actividades enajenantes), ansiedad, rapidez para hablar, estupenda ortografía (en casos graves, acompañada de una redacción impecable), correcta dicción, egocentrismo ilimitado, soberbia; relaciones personales conflictivas, ojeras pronunciadas, ironía, sarcasmo y una verborrea que cansa!Sustantivos que manifiestan la estupidez de un sujeto: licenciado, poeta, pintor, músico, escritor, reportero, intelectual, intelectualoide, rebelde, filósofo, literato, historiador, maestro, doctor, decano, rector, luchador social, genio…

Friday, June 24, 2005

Just a glimpse…

Me gusta mentir. Seguramente, esto no es algo de lo que debería enorgullecerme; es más, creo que al hacer este tipo de afirmaciones, suele destrozarse el concepto que la gente tiene de aquél que hace público este tipo de afición. Todos tenemos nuestros pequeños vicios y nuestras manías; tal vez, ésta sea la mía y la más cínica de todas. Cuando era pequeña y tenía como nueve años, se me ocurrió engañar a mis amigas contándoles sobre una bruja que había visto en algún lugar de la primaria a la que asistía. Era todo muy fácil: unos cuantos hechos, unas buenas relaciones entre mis palabras y lo que pasaba en ese lugar habitualmente (ruidos, gente que caminaba muy rápido haciendo la limpieza y entre las bodegas del lugar, etc.), una amiga que me apoyó en todo momento para engañar a las otras niñas y, por supuesto, una cara de susto. Las cosas se salieron de control, y, al cabo de unos cuantos días, las niñas de otros años corrían a preguntarnos sobre la historia de la bruja. Realmente nunca voy a poder terminar de entender cómo tanta gente lo creyó, incluso viendo que éramos dos niñitas tontas; de todas formas, el asunto se hizo tan grande que la directora de el lugar, así como la maestra de mi grupo, nos mandaron llamar. Si no es por mis calificaciones (siempre he sido neurótica para las cosas de estudiar) y la intercesión de mi madre en la situación, seguramente me hubieran expulsado de la escuela. Yo no lo vi tan grave, creía que era una cuestión sin importancia y, sobre todo, muy graciosa. Debo confesar que el hecho me produjo semejante placer que creo que lo volvería a hacer, si tuviera la misma edad. Ahora, comprendo que eso de mentirle a la gente está mal (bueno, creo que es muy complicado) y he hecho un esfuerzo por no convertirme en una mala mitómana al paso de los años. Mis trabajos se han visto recompensados ampliamente; tanto, que he podido enorgullecerme de saber que existen personas a las que les digo toda la verdad y no me asusta (sí hubo un momento donde eso me asustaba mucho). De todas maneras, continúo con esas ganas de querer engañar a la gente y aún me tomo la molestia de hacer pequeñas bromas respondiendo cosas absurdas a quien me pregunta y le aprecio mucho; muchas veces, algunas de esas respuestas son explicaciones que yo me daría para X o Y cosa, sin saberlo de cierto. En fin, supongo que así, no le hago daño a nadie, y mi placer, a pesar de dárseme en pequeñas dosis, me agrada bastante. Aclarando más la primera oración, creo que no es que me guste mentir. No. me gusta engañar a la gente, y, si es necesario que mienta para engañarla, lo hago.

Wednesday, June 22, 2005

La importancia del peso y la estatura.... Sin sentido

Es cierto que uno, cuando desea viajar, quiere sentirse liviano: liviano de pies, de ropa, de recuerdos. Seguramente, uno está dispuesto a ver dónde lo lleva el viento. Hoy, sólo quiero sentirme liviana, tan liviana que espero que mis deseos me carguen con el viento y me haga uno con ellos. Ayer vi cómo, en una gran pantalla azul, un niño era elevado a los aires por un globo hasta la luna. Quise, con todas mis fuerzas, ser él, sólo un segundo, pero quise ser y volar como él. Qué pequeña me sentí en ese momento! Tan pequeña, que pude percibirme en mi tamaño, tal vez igual a cómo los demás me ven... chiquitita! Esto ya lo tengo, me dije; ya tengo la estatura; quizás ahora pueda volar.

En ese momento, también llegó a mi mente el peso; la importancia del peso y, hoy, después de mucho pensar, deseé mi deseo. Luego, me puse a pensar cuántas veces he deseado y cuántas, tan torpemente, un segundo después he pedido justo lo contrario. Recordé cómo he temido a la locura y cuánto deseo nunca padecerla. El mismo día que desee nunca toparme con ella de frente, al mismo tiempo, una parte de mí vio la imagen de un rostro desfigurado.

Sí, quiero ser liviana y qué? Tan liviana como el trazo de la pluma sobre el papel, tan liviana como para dejar caer sobre mi cuerpo todo el peso del aire y terminar siendo un cabello negro que dibuje una pequeña silueta voladora en ese papel! Tan sólo quiero volar

Thursday, June 09, 2005

This is the first day of my last days....

Ciertamente, éste es el primer día de mis últimos días. Este blog, inaugurado, más que por saber qué decir, por estar ahí, sólo quiere hacer un pequeño acto de presencia. Presente para los que estamos terminando, presente para los que no están aquí; el primero y, tal vez, no sea el último pero se encuentra encerrado en una suerte de "cierres de ciclos" donde lo único que me viene a la mente es esta frase: "No sé por qué toda la gente le da tanta importancia a las primeras y últimas veces, viejo". Es verdad, esto no debería ser importante pero siempre es buena una de esas reflexiones inaugurales, incluso cuando mucho esté por terminar (muchos blogs se abandonan-a veces, definitiva, a veces temporalmente-, y la gente comienza escribir en otros lugares, en papel que pesa un poco más, que no sé por qué nos pesa más -insisto: las palabras, donde sea, pueden terminar ahogándote). Tal vez, incluso la misma invitación a que escriba se haya terminado ya. Siempre he sido mala escribiendo, hoy no es la excepción. Por ahora, esto es todo lo que tengo que decir: This is the first day of my last days....