Friday, October 06, 2006

El epíteto.

-Chiquita
-¿Cómo me dijiste?
-Así como escuchaste: chiquita.

La sabiduría popular resulta ser una de las cosas más hermosas. Tal vez sea una de mis pequeñas cosas favoritas.

Sufro de insomnio por temporadas. Viene y va. Uno se acostumbra a los estados de ánimo que vienen con la falta de sueño; el tipo de claridad con que se ve la vida y ese cansancio impertinente que no te deja en paz. Para remediarlo, he intentado de todo: las malditas ovejas, el ejercicio, las distintas infusiones, los clavos (especies y no la herramienta) bajo la almohada, las píldoras, dejar el café, leer un mal libro, ver televisión, beber alcohol antes de dormir, etc. Nunca surten efecto.

Un día, mi madre platicaba con una de sus amigas sobre este “mal de la juventud de hoy”. Se quejaba de cuántas veces se dirigía a despertarme y me encontraba sentada en el borde de la cama a oscuras. Una de sus amigas le dijo que yo no dormía porque necesitaba recuperar todos mis nombres. Debía hacer una lista con todos los nombres, epítetos, motes y equivalentes que me han puesto, al menos, una vez, a lo largo de mi vida. Ella, es de un estado de la República; de provincia, como dicen. Cuenta que, en su pueblo, los insomnes son así porque no se han dado a la tarea recolectar su persona de todos los lugares por donde han pasado. “Hay que estar siempre completos”, dijo.

-¡Explícame! ¡Explícate ahora! ¿Cómo te permites dormir si mi persona no termina de estar completa hasta no escucharte decirme así, otra vez?

Ensueño

Ayer soñé contigo, te veías distinto pero sabía que eras tú. Hace mucho que no sé de ti y no existía un pretexto para que aparecieras de pronto en mis sueños. Hoy era el día. Haría lo que en mi sueño hacía y sólo la ocasión no se presenta. Me pregunto qué habrás querido decir. Callo y desespero. Muchas señales me dicen que haga lo que quiera y lo que quiero…… lo que quiero….. no quisiera que terminara.

Grandes Esperanzas y pequeñas coincidencias

Tanto tiempo....

Meses atrás, uno de mis amigos me regaló un libro; éste versaba sobre la historia de un insomne. Insomnio, seguramente lo que padezco y aquello que me hace falta para dejar de pensar en estas pequeñas cosas. Hoy, el insomnio y los insomnes hemos sido, nuevamente, tema de múltiples conversaciones en este mes. Hoy me han dicho puta, de una u otra manera, haciendo omisión de este hecho y gesticulando algunas cosas, he regresado a la vieja histeria.


Cuando decían que el mundo era un pañuelo, no lo quería creer. De siempre me han dicho que soy una persona paranoica; pues bien, esto me parece el colmo de la coincidencia, del pañuelo manchado de mierda; el colmo del entramado de relaciones. Unos meses atrás, uno de mis grandes amores se fue de viaje; un hombre nuevo en mi vida, resultó ir al mismo lugar, sólo con diferencia de unos días. Igualmente, el pariente de uno y el primer hombre mencionado, habitan en estos momentos, en el mismo lugar, ejerciendo el mismo oficio. De igual forma, otro hombre, solía visitar a su gente en el mismo lugar donde yo vivo, durante años y años. Nunca lo vi; y, sin embargo, siempre ha estado aquí. Este mismo, conoce a X, el cual ha sido mencionado por distintas personas en el lapso de un mes, más de 15 veces. Cabe señalar que X ya no habita por los alrededores; sin embargo, existe la posibilidad de que se haga fehaciente algún día. Siempre he creído que X es una figura mítica o una especie de engaño. He encontrado, en el lapso de dos meses a personas que nunca imaginé topar en tan cercano lugar. Han pasado más de seis años y hasta ahora, en el preciso momento y lugar me las vuelvo a encontrar. Ayer hablaba de planes, reencuentros y muertos. Hoy me topo con fantasmas que ni siquiera son míos y ya me hacen ver su existencia como relación. Maldita trama que generaría grandes esperanzas, y no, demasiadas pequeñas coincidencias.

Saturday, May 20, 2006

¿Breve pesadilla?




Centro de la Ciudad de México, 14 de Abril de 2006; 8:08pm.

Cerrada de Mesones en el Centro de la Ciudad de México, 14 de Abril de 2006; Viernes Santo; 8:08pm.

Cerrada de Mesones en el Centro de la Ciudad de México. El Centro y sus alrededores: vacíos. Viernes Santo. 14 de Abril de 2006; 8:05pm. 8:08pm. Se escuchan unos tambores y comienza la gente a pasar.
México, D.F., Centro de la Ciudad, 14 de Abril de 2006. Viernes Santo. Una procesión; un ataúd de cristal. El centro vacío. Cortázar. "Conducta en los velorios". Once de Babasónicos(Infame, 2004):
Suele despertar desnudo
en una calle y finge
naturalidad cuando la chica yanki encara hacia él
entran a un lugar mersa medieval
oyen un suspiro y pisan a un mendigo
y eso se transformaen la manguera de un narguile disimula el desconcierto cuando sus padres lo encuentran negociando kif por armas en plaza miserere van a un funeral por el chaparral besan a la viudaque se desfigura y esa mueca se transforma en su pariente
trae a casa mi rock'n'roll.
Una tribu de ortodoxos del mesianismo lo embosca rumbo a la medina en trance van salmodiando su nombre
trae a casa mi rock'n'roll.
Chicos y chicas bailan
chicos y chicas bailan en el funeral del rock.
Centro de la Ciudad de México, 14 de Abril, Viernes Santo. 8:15 pm. Vacío. Silencio.

Thursday, May 04, 2006

Hay que Cantar

Tal vez me puedan tildar de cursi, en el mejor de los casos; la mente se me llena de miles de adjetivos cuando pienso hacer público este imperativo. Sin embargo, creo que es verdad. Hoy mismo, después de un día como éste, la moraleja es: hay que cantar. Hay que cantar el mariachi cuando uno sale a recibirlo, afuera de la casa, saliendo de la preparatoria o saliendo de la universidad; en una serenata o en un día común y corriente. Hoy recordé qué tan alto he cantado, cuán desentonada soy o cómo es posible que los vecinos me aguanten cuando hago todos mis esfuerzos por emular a mis artistas favoritos en el propio ser. Tal vez si pudiera tocar algún instrumento de nuevo, lo haría. Tal vez no. Cantar es algo fantástico y recuerdo cuántas veces he entonado con todas mis fuerzas, orgullo y corazón canciones como “el baile y el salón”, como “los calientes”, como “yellow lead better”, “hysteria”, “wish”, “given to fly”, “piece of my heart” o, tan sólo “black eyed”. “High and dry” o “street spirit” son distintas. “Crazy” tiene su llugar aparte. ¡“Dios bendiga a los gusanos” es la vida misma! No necesito hacer la lista. Es demasiado larga y seguro tomaría muchos días reconstruirla. Todos lo saben y algunos músicos me han hecho el favor de hacerme segunda mientras mis alaridos salen de este pequeño ser caótico que se expresa en todo su esplendor, y con toda la pasión que puedo soportar. Lo sé, a veces salen unos cuantos balbuceos que, aquí entre nos, no siempre concuerdan con la letra original (todos sabemos que es mundialmente conocido el “wash and wear”). Pero eso no importa. De hecho, nada importa cuando cantas. Es algo hermoso y no importa dónde lo hagas. Es subirse al metro, es dar un beso, hacer el amor y vivir solamente en un tiempo; un tiempo colorido y distinto; único, sincero y honesto. No hablemos del autor, no hablemos del intérprete, seamos nuestros propios intérpretes y creadores. ¡A cantar siempre!, y digo siempre, pues esto nos salvará la vida.

Friday, April 21, 2006

Azul, naranja y gris.

Hace unos días, estaba sentada en la parte de atrás de un auto. La tarde estaba terminando y esperábamos a que el semáforo cambiara de color. A un lado de mí había un camellón bastante descuidado; toda su superficie era un rompecabezas de pedazos de banqueta, pasto, tierra y basura. Ahí lo ví. Mezclándose con el color del asfalto, de no más de unos 6cms y otros tantos de colita; un ratoncillo urbano se asomaba por entre las grietas para salir a recoger algo de comer, supongo yo. Conforme se iba moviendo, se mezclaba más y más con todos los pedazos de calle que tenía como cobija. La ratita se movía, se quedaba quieta y volvía a moverse. Por mi parte, del lado del cristal, yo jugaba a verla y a perderla. Nadie se encontraba parado en ese pedazo de banqueta abandonado a la mitad de la calle. El chofer sólo miraba al horizonte, observando las últimas rayas de color naranja que coloreaban el cielo.
La gente mira, observa. Hay quien no necesita mirarme para saber qué es lo que estoy viendo. Hay quienes, estando tan cerca, necesitarán toda una vida para acercarse y enfocar. Seguro no les importa, y no importa. Mientras tanto, alrededor de ella una atmósfera azul cubrió todo su alrededor. Al final, era como si todos formáramos parte del mismo paisaje. El semáforo en rojo, el ratoncito jugando a esconderse, el chofer de taxi; el azul, el naranja y el gris del cemento partido en cachos.
-Seguro alguien lo veía-, dije.


El semáforo se puso en verde y el chofer arrancó.

Thursday, April 06, 2006

11:00 am.

Sudor en las manos; vacío en las entrañas y una pequeña sonrisa de complicidad. Hace mucho tiempo que no sentía nuevamente esto. ¿Acaso es que la vida se me cuela nuevamente entre las venas? Me siento demasiado dura, o, ¿será que soy más liviana que antes? No lo sé, ni me importa. El cinismo vuelve a ser el mismo. Tal vez sea demasiado cansancio, tal vez mucho insomnio. El efecto ha sido el esperado. ¡Sea bienvenido el plástico!

La música vuelve a comenzar, el silencio se rompe a carcajadas.

¿Es la última vez?

¡Va de retro!

Saturday, January 07, 2006

No es reclamo

No digas nada... es sólo que en días como hoy, el amor eterno, la vida que te prometí y lo que sabes que tienes cuando te digo que te amo, no parecieran ser suficientes.