Meses atrás, uno de mis amigos me regaló un libro; éste versaba sobre la historia de un insomne. Insomnio, seguramente lo que padezco y aquello que me hace falta para dejar de pensar en estas pequeñas cosas. Hoy, el insomnio y los insomnes hemos sido, nuevamente, tema de múltiples conversaciones en este mes. Hoy me han dicho puta, de una u otra manera, haciendo omisión de este hecho y gesticulando algunas cosas, he regresado a la vieja histeria.
Cuando decían que el mundo era un pañuelo, no lo quería creer. De siempre me han dicho que soy una persona paranoica; pues bien, esto me parece el colmo de la coincidencia, del pañuelo manchado de mierda; el colmo del entramado de relaciones. Unos meses atrás, uno de mis grandes amores se fue de viaje; un hombre nuevo en mi vida, resultó ir al mismo lugar, sólo con diferencia de unos días. Igualmente, el pariente de uno y el primer hombre mencionado, habitan en estos momentos, en el mismo lugar, ejerciendo el mismo oficio. De igual forma, otro hombre, solía visitar a su gente en el mismo lugar donde yo vivo, durante años y años. Nunca lo vi; y, sin embargo, siempre ha estado aquí. Este mismo, conoce a X, el cual ha sido mencionado por distintas personas en el lapso de un mes, más de 15 veces. Cabe señalar que X ya no habita por los alrededores; sin embargo, existe la posibilidad de que se haga fehaciente algún día. Siempre he creído que X es una figura mítica o una especie de engaño. He encontrado, en el lapso de dos meses a personas que nunca imaginé topar en tan cercano lugar. Han pasado más de seis años y hasta ahora, en el preciso momento y lugar me las vuelvo a encontrar. Ayer hablaba de planes, reencuentros y muertos. Hoy me topo con fantasmas que ni siquiera son míos y ya me hacen ver su existencia como relación. Maldita trama que generaría grandes esperanzas, y no, demasiadas pequeñas coincidencias.
Cuando decían que el mundo era un pañuelo, no lo quería creer. De siempre me han dicho que soy una persona paranoica; pues bien, esto me parece el colmo de la coincidencia, del pañuelo manchado de mierda; el colmo del entramado de relaciones. Unos meses atrás, uno de mis grandes amores se fue de viaje; un hombre nuevo en mi vida, resultó ir al mismo lugar, sólo con diferencia de unos días. Igualmente, el pariente de uno y el primer hombre mencionado, habitan en estos momentos, en el mismo lugar, ejerciendo el mismo oficio. De igual forma, otro hombre, solía visitar a su gente en el mismo lugar donde yo vivo, durante años y años. Nunca lo vi; y, sin embargo, siempre ha estado aquí. Este mismo, conoce a X, el cual ha sido mencionado por distintas personas en el lapso de un mes, más de 15 veces. Cabe señalar que X ya no habita por los alrededores; sin embargo, existe la posibilidad de que se haga fehaciente algún día. Siempre he creído que X es una figura mítica o una especie de engaño. He encontrado, en el lapso de dos meses a personas que nunca imaginé topar en tan cercano lugar. Han pasado más de seis años y hasta ahora, en el preciso momento y lugar me las vuelvo a encontrar. Ayer hablaba de planes, reencuentros y muertos. Hoy me topo con fantasmas que ni siquiera son míos y ya me hacen ver su existencia como relación. Maldita trama que generaría grandes esperanzas, y no, demasiadas pequeñas coincidencias.
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