Thursday, January 15, 2009

Hysteria siempre es más.

"Hysteria"

It's bugging me,
grating me
And twisting me around
Yeah I'm endlessly
caving in
And turning inside out

Cuando tenía 18, Muse no era un grupo que me encantara. Tenía grandes sospechas, por su Origin of Symmetry, porque era la primera camada de músicos que saldrían de mi, hasta ese entonces, amado Radiohead. Los otros dos grupos pertenecientes a la misma camada de la que hablo, me parecían una decepción: Travis y Coldplay heredaban la voz pero eran hijos de un resquicio decadente de franca, pura, azotada y honesta depresión. Ellos anunciaban el fin de un estado de ánimo generando un ambiente de frío como si uno, en la cama, se destapase accidentalmente. Tibio. Nada más que tibio. El mainstream me los traía para escuchar, desafortunadamente.

'cause I want it now
I want it now
Give me your heart and your soul
And I'm breaking out
I'm breaking out
Last chance to lose control

Las influencias de Muse, tanto en Showbiz como en el anteriormente mencionado, son innegables: Thom Yorke, Rachmaninov, Ziggy, Bowie por sí mismo; en fin, la lista podría ser larguísima. Sin embargo, no eran tibios, no era el mismo tipo de decadencia que los otros dos hubieran mostrado. Sus riffs, ya sea guitarra, bajo o voz, siempre me gustaron. Con todo, lo que más me gustaba de esta legión de cachorritos, vestidos de Back Street Boys, con los videos más feos, era el ambiente frío de sus canciones.

It's holding me,
morphing me
And forcing me to strive
To be endlessly cold within
And dreaming I'm alive

Muse es frío. Frío como poner la piel desnuda en contacto con el metal, en una mañana de invierno. Frío como pegarse al primer vidrio que se encuentra en el metro, en el autobús, en medio de un día blanco, plateado y lleno de lluvia. Frío como el que se siente medio dormido, compartiendo la cama, soñando con la sospecha que, el de a lado, ha estado muerto, ya, por varias horas. Por varios años. Frío como despertar del mismo sueño y darse cuenta de que es uno mismo. Frío húmedo, frío de huesos, frío del humo del cigarro que, hoy, no calienta el pecho.

'cause I want it now
I want it now
Give me your heart and your soul
And I'm not breaking down
I'm breaking out
Last chance to lose control.

Llegó Absolution. Momento raro de la vida. La escuela, la carrera, la mitad de los sueños que aún creemos comernos. Visos de megalomanía, cinismo, fiesta, carcajadas descontroladas, insomnio, café, tabaco mucho tabaco. Hysteria llegó, y con ella, el Espíritu Absoluto. Comerse todo, tenerlo todo, es todo. Implacable, llena de vida y energía. No hay horas, no hay días, no hay tiempo. Todo es posible y, necesariamente, acabará aquí, en el centro de todo. En el Todo.
Han pasado los años. Pasó la vida, implacablemente, encima de todo. Hoy, Hysteria sigue pero se ha transformado, como ese ánimo de nada. Ánimo de salir corriendo, de correr hasta que el aliento se termine, hasta caer muerto. Ánimo de dejarlo todo. Hoy lo dejé todo y esto, sigue.

And I want you now
I want you now
I'll feel my heart implode
And I'm breaking out
Escaping now
Feeling my faith erode

Muse hoy es uno de mis grupos favoritos. Mi gran y caótico sonido, ése que me robó la confianza a tenor de un tono muy simple, de un bajo y una voz que hacen de las suyas, forzándome a sonreír y echarme a carcajadas. Conozco su historia y, de alguna forma, no termino de desconfiar. No. No son tan buenos, no tienen el virtuosismo atascado que quisiéramos esperar. Sin embargo, su riqueza, tal vez sea ésa que está en medio de la simpleza y de una excelente combinación, lo que me hace pensar que son geniales.

Hysteria es mucha energía, visos de megalomanía, nulidad y plasticidad del mundo, de su mundo, de sus propias limitaciones, su drama, de momentos vistos desde su propio cristal, de su propio cinescopio, de algo que no termina y termina siendo Muse. Pero Muse es otra cosa. Hysteria es la serpiente que se muerde la cola y se busca, incesantemente, en ella: en Hysteria.

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