Tuesday, October 26, 2010

4. Aquelarre.


Dicen que, de vez en cuando, es bueno aceptar algunas cosas.

Acepto que hoy, muy a mi pesar, una parte de mi cree en el mito, en la magia y en los poderes sobrenaturales de las brujas como yo.

Al parecer, la leyenda cuenta que si uno se resiste a esa fuerza que le lleva, le levanta, le provoca ser más fuerte; ella, de principio le castiga dulce, cariñosa y violentamente. No puedo culpar más que al aquelarre que se aproxima, también a la luna, por los demonios, los fantasmas y los estados de ánimo que me sobrepasan de un momento a otro: Los humores que vienen, la euforia que pasa de ira a ensoñación, a terror y vuelve de nuevo a euforia.

Todos ellos son sólo el cariñoso precio que se paga por la sensibilidad, la telepatía, el poder de la premonición, el deseo sobrenatural, la capacidad de volar y otros tantos talentos que me hierven en la sangre.

El estertor de este hervidero, sólo me hace desear salir y volar.




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